viernes, 25 de junio de 2010

DOMINGO

Cosas que tengo que hacer el domingo:

1.- Poner piedras en los sueños para que no huyan por la ventana.
2.- Comprar un escorpión de diez metros para que luche contra mi infancia.
3.- Almorzar con mi misantropía.
4.- Dejarme un mensaje en el contestador para anular otra vez la cita que teníamos.
5.- Rezar por mis seres imaginarios.
6.- Escribir una hoja de reclamaciones a mis padres.
7.- Buscar la felicidad despoblada en la sopa de letras del periódico.
8.- Pintar las paredes de mi cuarto con el azul catódico de la televisión.

Odio tener el día libre ocupado.

lunes, 21 de junio de 2010

BLANCO Y NEGRO

Por mi piel han fluido como las palabras de un vendedor ambulante los sueños de los grandes clásicos: la humanidad de John Ford, la religiosidad expresionista de Dreyer, la poesía visual de Murnau, el sarcasmo de Lubitsch, los eternos perdedores y canallas de Billy Wilder, la melancolía de Chaplin… Ahora, repudiado y casi olvidado como un vetusto banco de parque, buscáis en las butacas nuevas y acolchadas los colores de la realidad que os rodea, la rutina visual de vuestros ojos legañosos y vacíos. Pero en vuestro mundo cromático nunca Lauren Bacall de dirá con cara traviesa a Humphrey Bogart si me necesitas, silba, ni Glenn Ford abofeteará a Rita Hayworth. Eso será mío para siempre. En estos tiempos sesteados que os aferráis a las esperanzas e ilusiones publicitarias pigmentadas de arco iris, recordad una cosa: la sombra de vuestra existencia, ese lugar donde guardáis los secretos más arcanos, eternamente será una película en blanco y negro.

domingo, 13 de junio de 2010

CARICIAS

(Con un nuevo final, creo que ahora se entiende mejor lo que quería decir)



Viajo por páramos aterciopelados y elásticos, mis piernas rielan como la luna llena en el río, temerosas de cada paso, de cada tiento. Camino por senderos cutáneos hasta que tropiezo con una caja de color rojo sangre; me agacho y la abro. En su interior unos pulmones palpitan como peces fuera del agua. Me abro el pecho en dos y los sueldo a los bronquios. Siento como el aire entra y sale por mi traquea.

La certeza de que estás cerca me atraviesa como el viento helado. ¿Quién eres? ¿Por qué te busco?
En la lejanía vislumbro una figura humana, por fin alguien me puede dar respuestas. Corro con todas mis fuerzas hasta que caigo de rodillas ante un perchero del que cuelga un traje de piel humana. Sin vacilar me levanto y mis músculos se cubren con el nuevo ropaje, fundiéndose, creando conexiones nerviosas entre las células y la epidermis. Ya no tengo frío. Ya no me siento solo.
Mis pies ya no vacilan, pisan fuerte y valientes como legiones de ejércitos. Avanzo con determinación hasta que la tierra tiembla. He llegado a mi destino. Excavo con mis manos un profundo agujero extrayendo piel y ligamento, sorteando huesos y cartílagos hasta arrancar un trozo del corazón que late bajo mis pies. Lo trago sin masticar. Baja por mi boca buscando su sitio. Y llega. Y la sangre fluye por mis venas y arterias. Y con cada latido soy más grande. Más grande. Más. Hasta que estoy a tu lado desnudo en la cama después de hacer el amor, acariciándote la piel de niña que me inventa cada noche.

CAMISAS PLANCHADAS


- El amor es el faro que ilumina el camino a siete mil millones de ciegos que tropiezan perdidos por el mundo buscando un lugar seguro para pasar la noche eterna y dejar fuera el miedo a la muerte inevitable.
- Colega, es una visión de la vida un poco pesimista. Las posibilidades de existir en la inmensidad del universo son infinitesimales, deberías disfrutar de la suerte que tienes. Y te aseguro que sé de lo que estoy hablando.
- Freddie, es muy fácil decirlo cuando eres una estrella del rock y viajas en primera clase. No dirías lo mismo si trabajases ocho horas al día por un sueldo de mierda y en casa te esperase tu madre con la comida en la mesa y las camisas planchadas.
- Aguantar las quejas de un pirado no es viajar en primera clase, amigo. Y si tan poco te gusta lo que tienes, cámbialo.
- Creo que voy a pasar de Queen durante un tiempo, ya no me gusta hablar contigo. Veré si me va mejor con alguien vivo, como Mick y su lengua roja.
- Prefiero comerle la polla al príncipe Carlos que ser tu alucinación, capullo.

martes, 8 de junio de 2010

El sueño asmático.

La luz glauca de la habitación enquista mi nave espacial con la que viajo por los confines del universo. Tengo la sensación de respirar leche podrida cuando la enfermera me sonríe con su cara de madera mientras me rompe la piel con la jeringa que sobresale de sus ojos de luna llena, la sangre apenas fluye negra y espesa como una noche de invierno a la intemperie. Los pulmones abren una salida de emergencia en mi pecho y las lágrimas de mi madre me hacen desear que se vaya de mi lado. De pronto soy adulto y me emborracho hasta arrodillarme ante el váter y vomitar mi enfermedad; tiro de la cadena y la veo dar vueltas suplicando que la salve de la muerte. Le sonrío con maldad prometiéndole que a partir de ahora seré feliz para siempre. Poco a poco el hospital desaparece en mi nave espacial con la que viajo por los confines del universo hasta quedarme dormido como un niño pequeño enfermo para siempre.