jueves, 6 de mayo de 2010

Yo





Hola, soy yo. Quizás hemos hablado alguna vez, o me has visto pasear por ahí, o nos hemos emborrachado juntos, o fuimos a la misma escuela, o nuestros perros se han olido el culo en el parque, o follamos un par de veces, o tomamos café al sol en una terraza, o nos presentó un amigo común, o te sentaste en el autobús a mi lado. Bueno, pues básicamente ese soy yo, el que todo el mundo puede ver. Existen otros que son más difíciles de ver. Están más en el interior y algunas mañanas se visten con el traje de camuflaje escondiéndose detrás de los arbustos con la cara pintada de verde y una cinta en el pelo, ocultándose de cara al viento para que no pueda olerlos. Otras se disfrazan de día soleado para confundirme, o se transforman en espejos donde me puedo ver reflejado. Todos caminan sigilosamente dentro, entre los malos pensamientos y la soledad, y pueden acercarse por detrás rompiendo en dos mi garganta con un cuchillo sin sentir piedad.
Los días extraños ellos ganan la batalla. Esos días me pongo mis mejores vaqueros y robo un descapotable para viajar por la autopista rompiendo todos los límites de velocidad. En un punto perdido de la carretera me paro y abro la puerta del copiloto, invitando a la cordura a bajarse para que vuelva a casa haciendo autostop, la saludo con la mano y vuelo hacia la puesta de sol hasta reventar en mil pedazos.

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