miércoles, 12 de mayo de 2010

ICE HAVEN






Los superhéroes no son titanes porque tengan poderes sobrehumanos, todos sus archienemigos pueden lanzar rayos láser con los ojos, levantar autobuses con una mano, volar entre los edificios o abrir puertas interdimensionales como semidioses y son tan poderosos o más que ellos. Lo que los hace grandes y eternos es un segundo, un pequeño instante de tiempo. Cuando todo está perdido y yacen de rodillas con los músculos triturados por la paliza, respirando trozos de hueso, levantan la mirada y sacan fuerzas para asestar golpes definitivos a sus enemigos venciendo al dolor, el miedo y el desmayo. No tienen nada que perder porque, ganen o no, saben que no hay ningún camino que los lleve de vuelta, que todo se repetirá en el siguiente número desde el principio. Y por eso vencen una vez tras otra. Como los personajes de Ice Haven, de Daniel Clowes, que buscan desesperados entre la basura de la monotonía un trozo de pizza que alimente sus vidas, soñando con el momento de que su existencia sea llevadera y con la certeza de que jamás ocurrirá. Todos ellos, como todos nosotros, carecen de superpoderes que los hacen inmortales, pero tienen en sus ojos ese segundo que los hace invencibles. Que nos hace invencibles en la vida real en nuestra lucha con el día a día.

No hay comentarios: