sábado, 7 de noviembre de 2009

Epiléptico, la ascensión del Gran Mal.


Yo nací para muerto y me quedé en enfermo. Es complicado en estos tiempos estar a la altura de las expectativas. Cuando recuerdo los días en los que no podía caminar de la cama al cuarto de baño, que estaba a cinco metros, y tenían que ayudarme, me dan ganas de llorar, pero no puedo, nunca puedo, y el dolor se queda dentro paseando de un extremo a otro de mi cuerpo, saltando de una atracción a otra. Dispara a una diana y consigue un peluche, entra en el circo y se divierte con los payasos y los elefantes, se monta en el tren y una bruja le golpea con una escoba. Hasta que se cansa y se va a dormir, con la promesa de que volverá pronto.
Gané la batalla al Asma y, atenuado por las heridas, saboreo la victoria declarando mi independencia todos y cada uno de los días con doce disparos al aire, para que se oiga y quede claro que soy Yo, pero con la certeza de que jamás ganaré la guerra. Mi enfermedad no se rindió, se trasladó a las afueras y levantó alambradas, cavó trincheras y construyó torres con ametralladoras, no dejando entrar ni salir a nadie, con la orden de disparar a matar a todo lo que se mueva.
La Ascensión del Gran Mal, de David B. es la historia autobiográfica de cómo la epilepsia de su hermano mayor se transforma en un dragón que convive con todos los miembros de su familia. El amor y el odio, el terror y el sosiego, la realidad y los sueños pujan en un comic maravilloso que ha levantado de nuevo la feria en mi interior.

2 comentarios:

Irene Roga dijo...

Pinta genial, a ver si me hago con uno, aunque la historia parece bastante brutal.

LA BROMA ASESINA dijo...

es muy bonito, el final pone los vellos de punta. besitos.